Guionización y Coaching
Invertimos mucho esfuerzo en cuidar los mil y un detalles. Pero algunas veces olvidamos algo tan fundamental como la preparación de los mensajes y la actitud de los ponentes.
En el fondo, es un extra que tienen que encajar entre sus cientos de tareas y es difícil encontrar el hueco para tratar este tema.
Un evento interno es la oportunidad que tienen los directivos para dirigirse en directo a gran parte de su empresa.
Y para muchos asistentes éste será el único contacto que
tendrán con ellos en todo el año.
Su posicionamiento en la mente de los trabajadores
dependerá de esos minutos sobre el escenario.
Es como si de repente entra el director de orquesta y todo encaja.
Y esas canciones dispersas pasan a componer una poderosa sinfonía.
Coordinar los contenidos permite aprovechar cada recurso y darles más fuerza en el conjunto.
Esto es obvio. Tan obvio que muchas veces lo pasamos por alto.
Ya sea una convención de ventas donde hablan 24 directivos o un simple aniversario de una pequeña empresa donde sólo interviene el fundador 10 minutos…
Trabajar sus mensajes no debería ser un capricho.
En grandes proyectos, puedo estar un mes y medio solo focalizado (obsesivamente) en cómo encajar guiones, matizar el mensaje,
conectar conceptos…
Pero otras veces…
Un par de reuniones son suficiente para dar un gran salto.
Basta un zoom con el ponente para aclarar la estructura
y definir el tono. Y solo con esto…
Saber detectar cuando hay ritmo, cuando se pierde, cuando tensar
la cuerda o cuando cambiar el tono.
Cuando reirte de ti, cómo decir algo sin decirlo o cómo generar
una curva emocional atractiva …
(En parte es gracias a mi experiencia en el mundo
de la magia y el espectáculo).
Y esto es esencial. Porque…
Lo único que falta es lograr la mejor actitud de los ponentes y afinar la puesta en escena.
Y el momento de hacerlo es en los ensayos. (Si sabes cómo).
Puedes ir a un ensayo donde cada ponente chequea su presentación y listo. O puedes aprovechar ese despliegue de medios para que se de la verdadera “magia”.
Por un lado, adaptar su intervención a ese espacio y contexto concretos.
¿Dónde te vas a sentar? ¿En qué momento vas a lanzar ese mensaje? ¿Vas a moverte? ¿Cómo? ¡Cuidado que te vas del foco!
Y por otro, eliminar posibles bloqueos y sintonizarlos en la mejor actitud posible (de manera express).
Esto que surgió de manera espontánea después de cientos de ensayos se ha convertido en uno de mis servicios.
Independientemente de que yo sea o no el maestro de
ceremonias o el guionista.
Sé como moverme en ese entorno. Entiendo el margen de
mejora de cada persona en este contexto. Y sé qué decirles
(y cómo) para que brillen al día siguiente con su mejor versión.
Y es que…